El entrenamiento sobre superficies inestables (bosu, fitball, etc) consigue un incremento del equilibrio, la estabilidad y la fuerza propioceptiva
Las superficies inestables mejoran la eficacia sensorial a nivel articular, tanto del tiempo de reacción muscular, como en la activación de la musculatura agonista-antagonista, produciendo una mejora en la protección del complejo articular
Es una herramienta imprescindible en la rehabilitación de lesiones
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